la oveja que se pierde siendo blanca entre todas las otras blancas para el pasto de los hombres. La que se pierde, dando tumbos. La que se cae en un barranco, ignorada, para salir y contar que salió sola, que ignorada se ignora para que todo quede dicho, para que nada se olvide. La oveja pródiga que da la vuelta a los infiernos y regresa para no contar que se hundió en el lago y salió, ridículamente, tragando aire, peleando por su vida, en una profundidad inaudita de tres centímetros. La oveja que se narra, a sí misma, asimismo, para todos lados.
O los libros de lo inevitable
Thursday, October 23, 2008
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