Si me dieran a elegir...

entre ser corredora de bolsa en wall street o ser guerrillera, escogería, por encima de todos los razonamientos pertinentes, ser guerrillera. Iría a encontrarme con esa bala, ese proyectil que me está esperando en una selva.


A propósito de la nota periodística que escribió Carlos Mota (¿quién chingados es ese? Es más famoso Rolando, je) en el periódico Milenio (¿Milenio? ¿qué es eso, la extensión política de la TV Notas?) en donde se pregunta ¿qué futuro tienes los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras? Y se responde: Son materia de exportación a los campos guerrilleros de latinoamérica. Hasta ahí estoy de acuerdo ¿quíénes más si no ellos? ¿Un empresario del Tec de Monterrey que aspira a meterse coca todos los días sin remordimiento de conciencia?. Claro que no... Es cierto que ningún movimiento actual tiene las bases necesarias o siquiera suficientes para mantenerse como tal. Las FARC tienen una amplia historia, pero volvemos a la paradoja del socialismo ¿quién prefieres que sea tu líder? una bola de guerrilleros que sin misericordia y en su calidad de mestizos latinoamericanos un día se venden porque no consiguen droga. Y quí viene la otra cuestión. Latinoamerica sigue vendiéndose al mejor postor porque emprendió una carrera en contra del avance mundial. Algo que parece que nadie nota: si existe narcotráfico, corrupción, malos movimientos de masas, sindicatos ineficientes, secretarías con desviación de recursos, pretróleo a bajo precio y sus millones de etcéteras, eso es porque a ningún pequeño (ni a ningún grande) encargado de la tarea de preservar, se le ha dado el dinero suficiente como para no desearlo. Un policía necesita comer (y que conste que no justifico a los puercosesos) y luego que comió necesita un carro, y luego un perro caro, y ... así...

Recuerdo que unos alumnitos se preguntaban entre ellos: -¿dónde quieres estudiar? -En la UNAM dijo uno, los demás le contestaron en coro de niños cantores: -¡qué naco! ¿cómo te quieres ir con esos mugrosos?

Bueno, no creo que algún día, alguien como ellos o como el columnista de tercera pendejoese pueda entender que existen cosas imperantes en la historia de la humanidad, no creo que pueda entender que si existen personas que deciden vivir de la ambrosía de las letras (como dice mi padre) es por mero hedonismo, SI bien es cierto que te enfrentas a miles de cosas terribles, también lo es que con todo orgullo dices: estudié literatura, o teatro, o geografía, soy del sector de las armas secretas de la población, soy del sector de los que podrían llorar en los velorios al pensar que atavesará la estigia y no porque se olvidaron las dos monedas para caronte. Soy del sector que prevalece sobre la historia de las empresas que difaman, sobajan y explotan el capital humano de formas inverosímiles.

Pensando las cosas lógicamente, creo que nada más fue una estrategia publicitaria ¿qué universitario lee el Milenio? es más... ¿quién lee el milenio? los tipos que van a los antros en sus carritos clasemedieros? puagh... yo no conozco a ninguno de esos. Repito: la publicidad nos llega desde la aversión o la comunión... generalmente por aversión. Conmigo lo lograron, nunca había leído (ni me había nteresado) leer tal periodicucho, prefiero el Gráfico y su sección de anuncios de masajes, eso es divulgar amor, trabajar para el bien de la sociedad, no mamadas.

Es como con la ley anti tabaco, como si no hubiera políticas sanitarias realmente imperantes por las cuales preocuparse... ¿qué más da que en una cantina fumes o no? si no fumas y no te quieres ahogar, pues no entras y ya. El que tú no lo hagas no te da derecho a obligar a los otros que no lo hagan (como la fornicación, je)

Ahora que lo pienso, esto es la historia de las leyes humanas, que al final atentan no sólo contra la privación hedonista del otro (como con los preceptos católicos: no cometerás actos impuros, no desearas...)sino contra la libertad individual permanente. ¿qué chingados tendría que importarle al mundo la defensa de los ancianos? le tendría que importar a sus parientes.

Por eso tengo una postura ambivalente en lo que a libertad se refiere. Por una parte: "Eres libre, puedes hacer lo que quieras" pero si te vas a las FARC, eres pendejo, si no consigues chamba buena: te lo dije, pinche carrera; si no tienes carro: qué jodido; que si matas por placer: no, no, es un crímen...

¡arriba el placer! ¿por qué limitarnos? Cada quien con sus convicciones y todo tranquilo.

Son esa serie de cosas las que nos hacen terminar acumulando el número de circunstancias y objetos que presumiblemente, nos hacen menos infelices. Esa serie de contradicciones es la que nos lleva a pelear en contra de lo que existe ¿o no?




Si algo valioso he de enseñarle a alguien, alguna vez en la vida, eso será una frase: ¿Te hace medianamente feliz lo que haces? Si sí, todo lo demás no importa. Nunca te debas nada.

Bajo esta lógica, por mí, el columnista trespiteroese y sus compinches, pueden decir lo que les venga en gana. La ignorancia a veces... nos expone.