Pueden imaginar a la ceguera sin espalda, con cuatro aspectos, coordinados de tal manera que nunca pueda ver a Dios. Tiene necesidad de alimentarse porque no se mantiene con el resplandor de la divina presencia. Está sujeta a las pasiones humanas normales, es decir, se transtorna por los efectos de las inclinaciones perversas y como consecuencia siente impulsos malignos.
2 comments:
Fue un honor y un placer para mi haber sido espectador de ese hallazgo inesperado, de ese encuentro entre dos grandes manipuladoras de las palabras.
Gracias. No lo hubiera notado tan rápido de no haber sido por tu observación.
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