O los libros de lo inevitable

Friday, May 04, 2007

A usted, mi querida X

Los mareos son constates en este lado mi querida X. Las deseperaciones son pausas que nos hacen destinar los peores deseos sobre los augurios de bondad. Se está cansado de este lado. Se está loco de este lado, en serio se está loco, cada vez con mán ansias y más burlas y más sueños decapitados... Uno es la vuelta impertinente hacia atrás, la mirada obscena que se pierde resbalándose sobre la espalda de los que ignoran. Uno es el espectador abúlico que se deja masticar por la rutina y sus ejemplos. Uno, mi querida X, es una forma deleznable de profecia repetitiva ¿para qué tanta vida, señor?
Y soy, señorita X, la que ignora... el ángel de la guarda que se duerme borracho cuando ahí, a la vuelta de la esquina, matan a su pupilo. Y Usted puede gritarme lo que quiera. Se lo permito. Le permito que me lacere con las palabras incestuosas del deseo, le permito que me vuelva a mentir sobre lo que percibe, le permito que me vuelva a cortar las manos con su cuerpo, le permito que me olvide y luego me recuerde sólo por divertimento, se lo permito para que esa noche en que vuelvan a escupirme sobre los ojos, me limpie los párpados tristemente y me diga: Ven, llora querida desconocida, llórate... tírate, púdreme, por favor.

2 comments:

Viridiana G. said...

¿DÓNDE ESTÁS? ¿POR QUÉ DESAPARECES?
BESOS Y ABRAZOS...(EL LYNCHESCO LYNCHNEANONO SUENA BIEN)... MÁS APAPACHOS

CIAOOO ! ! !

Anonymous said...

regresa....