O los libros de lo inevitable

Thursday, April 26, 2007

El capitán y su camino a la fama





Edición especial de CLOSE UP , jueves 26 de abril, de 9:00 pm a 2:00 am en PASAGÜERO, ( Motolínia 33, entre Francisco Madero y 16 de Septiembre. Centro Histórico. )


ENTRADA LIBREEEE


Los más importantes------> 3Monedas (Arturo Rivera Monroy, Néstor Campos, Ricardo Acevedo Camacho «éste es el capitán»)



Más información en: www.antecamara.com.mx en la sección Eventos.
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No dejen de ir.

Wednesday, April 18, 2007

Pourquoi je reve, je ne suis pa

No recuerdo cuál fue la primera película "de autor" que vi, lo que sí recuerdo es que la mayor parte de mi época ceceachera fui a todas las muestras de cine que se exhibían en Aclatlán, quedaba muy cerca. Por ese entonces soñaba con entrar a CU e ir a la mera cuna del la cultura (entonces pensaba eso) Soñaba con revolcarme en los pastos de las islas leyendo libros grandiosos que me tomaran tardes enteras, soñaba con ir a todas las muestras de cine y salir fumando con la cara encendida y los ojos puestos en otra dimensión que pudiera hacerme refunfuñar porque el mundo no es lo suficientemente hermoso, que me llevara a escribir largas horas bajo una jacaranda, soñaba con tener la Biblioteca central cerca y poder hojear sus entrañas tardes y tardes infinitas. Pero no contaba con que la medicina me iba a dejar como herencia, la inexplicable carrera que me hacía no poder estar en paz en algún lugar.
No recuerdo cuál fue la primera prelícula que me conmivió hasta la desesperación, creo que todo comenzó por unos cortometrajes ecologistas que vi en la secundaria: cuando entré a la Sala de proyecciones todo estaba osbscuro y sólo se veía el logo de WWF en una pantalla al fondo. Luego salió un niño que estaba jugando en un lugar donde hacía mucho frío, tenía la ropa desgarrada y la cara sucia. Aparecía (así como en the wall) un tanque de guerra y luego una paloma que se acercaba al niño. ambos comenzaban un juego, como de reconocimiento. De pronto el niño la tomaba entre sus manos y la levantaba. La paloma volaba y en ese momento una bala la tiraba al suelo. Hacían una toma abierta y se veía un campo de guerra sitiado por fábricas en un lugar muy frío. La última imagen en pantalla era la cara del niño saltando la barricada para levantar a la paloma, al mismo tiempo se oía un disparo. Cuando encendieron las luces, mi maestro de ecología (el amor de mis amores) estaba sentado con una cara indescriptible, al frente, sin inmutarse, y yo ¿cómo creen? claro, llorando.
Luego vino Wenders y Greenaway y sobre todo Kieslowski. Mi inocencia se acabó. Pero ninguna de sus creaciones, por maravillosa que sean, han podido superar la desesperación que inflama Léolo. La primera vez que la vi fue en el Carlos Lazo, fue un día espantoso, de esos en los que todos los planes se van a la diablo y uno ya no sabe si renunciar o sólo por pinche necedad quedarse. Léolo me supera en muchos aspectos, supera mi capacidad de reconocimiento, mi capacidad de conmoción, de naúsea.
Esta tarde la he vuelto a ver y las imágenes me atacan, están sobre mi cabeza en un remolino de amnesia y de recuerdos. Su hermana (mon bébé, Leo), su madre, su padre con cara de atardecer, su hermana y los insectos, su sexualidad descubierta. su envejecimiento prematuro, su escritura, su necesidad de escritura. Me conmueve la forma tan poética de justificar la realización onírica del sinfín de cosas que se quieren, por el montón de bagatelas que se tienen.

Voy a copiar todo el guión, próximamente.

Sólo está esto en la red:

"You my lady Bold melancholy Solitary crypiercing my flesh, Offering it to ennui, Haunting my nightswhen I don't know Which way my life should go, I have paid you backa hundredfold." You my lady Bold melancholy Solitary crypiercing my flesh, Offering it to ennui, Haunting my nights When I don't knowwhich way my life should go, I have paid you backa hundredfold. The ambers of the dream Left behind the ashesof a shadow of a lie you told me to hear. The white serenity Minute of eternity was a dark-haired wicked waif who pierced my sorrowwith a sharp and sacred breast leaving only the remorseof seeing the sun rise on my solitude. "And I shall rest my headbetween two words, in the Valleyof the Vanquished."


Jean Claude Lauzon (que se murió como Pedro Infante, qué cosas ¿no?)

La rabia ¡coño! paciencia, paciencia

Si no creyera en el delirio

Si no creyera en el deseo

Si no creyera en lo que creo

¿qué?

Mejor quemo el cielo si es preciso, sólo por vivir.

Tuesday, April 17, 2007

Antes del 19 (III)

A todo el mundo les digo: Tranquilízate, esto va a pasar.
Y mi bocota se llena de una gran luz de ignorancia.
Todas mis quejas contra el mundo quizá son la resolución de mi megalomanía. Prefiero preguntar ¿por qué demonios haces esta chingadera? ¿por qué te debo todo? ¿POR QUÉ TÚ NO ME DEBES A MÍ? ¿por qué?
Y ya. Me entorpece cierta fecha. Sólo quiero que termine la digestión de esa sopa de soya japonesa y la cruda que ya me duró tres días. Todo es parte de envejecer.
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Tuesday, April 10, 2007

De Los diarios de Alejandra Pizarnik

21 de diciembre
Anoche tomé agua hasta las tres de la madrugada. Estaba un poco ebria y lloraba. Me pedía agua a mí como si yo fuera mi madre. Yo me daba de beber con asco.
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31 de diciembre
Cuando entré en mi cuarto tuve miedo porque la luz ya estaba prendida y mi mano seguía insistiendo hasta que dije: Ya está prendida. Me saqué los pantalones y subí a la silla para mirar cómo soy con el suéter y el slip; vi mi cuerpo adolescente; después bajé y me acerqué nuevamente al espejo: Tengo miedo, dije. Revisé mis rasgos y me aburrí. Tenía hambre y ganas de romper algo. Me dirigí a la mesa y quise escribir un poema pero temí aumentar el desorden de los libros y papeles. Me mordía los labios y no sabía qué hacer con las manos. Me asustaba saberme andando por la piecita desordenada, con la boca devorándose y la memoria petrificada.

antes del 19 [II]

Esto sí tengo que presumirlo, es el mejor halago, y el mejor acto de caballerosidad que me ha brindado un hombre en un microbus (¿en un micro?, ¡no lo puedo creer!)
Adriana toma su pesero. Se siente hasta la puta madre de cansacio, hartazgo y cruda. Calza sus infames zapatillas negras cuyo propósito esencial es que ella logre expiar sus pecados a través del dolor infinito que le provocan (aún espera acostumbrarse algún día para poder abandonar los converse). Tiene los ojos hinchados por la desvelada, la cruda y el llanto, está deprimida porque próximamente será su cumpleaños, y cual Funes, mira su muerte en la vejez de las carnes. Adriana trae en la mano dos libros gordos, una bolsa pesada y poca suerte. Adriana se para con las piernas abiertas para estabilizarse, pero el bamboleo es insoportable, luego, todo cambia.
Hombre maduro y guapo, perfumadito: ¿te quieres sentar?
A: (sonriendo) Muchas gracias, qué amable
HMGP: Por una sonrisa así te cedería mi ojos
A: ¡#"&/(=)/%$/=)?????????! (sonrisita pendeja, rubor y mirada abajo. Jamás volvió mirarlo)
Un tiempo después
HMGP: ¡Que Dios te bendiga, preciosa!
Adriana tenía el color rojo encendido que no puede evitar, por más que crece y envejece; le hervían las orejas... pensando que quizás pudo haber conquistado a un poeta.

Monday, April 09, 2007

Antes del 19

¿Hace cuántos años no te mirabas, como ahora, en ese espejo? Hace tiempo que tus brazos no se cruzaban sobre el torso y te sacabas la playera sin dejar de mirar como poco a poco se hacía la desnudez bajo la luz del mediodía. ¿Hace cuánto tiempo te olvidaste de jugar a unir los tres lunares del vientre, precisa y lentamente?¿hace cuánto dejaste de fingirte observada mientras bajabas el pantalón con las dos manos al frente, a la altura del pubis, dejando entrever el vello delgado y claro, aprisionado por la fuerza del resorte negro? ¿Hace cuánto no terminas de sacarte los calzones lentamente y sientes la tela rozarte las piernas mientras tus dedos tocan, por centímetro, cada poro erizado? ¿Hace cuánto que no das vueltas con la lengua al dedo que rozará el labio inferior, sin dejar de mirar el espejo, llevando una dirección específica. El dedo llegará entreabriendo otros labios que petrificarán los pezones mientras tus manos siguen dedicándose a recrear el mosaico de manos que han caído en la misma humedad dolorida por el frío del tacto. ¿Hace cuanto no dejas que esa piel se entibie en el vapor de la humedad, en la búsqueda del placer por el movimiento giratorio? ¿Hace cuánto que no posicionas la curvatura de la muñeca en distintos ángulos? ¿Hace cuánto comenzaste a mirar más la vejez y menos el cuerpo? ¿Hace cuánto dejaste de gustarme?