O los libros de lo inevitable

Thursday, January 31, 2008

PERSEO VENCIDO

Madrigal por Medusa

No me sueltes los ojos astillados,
se me dispersarían sin la cárcel
de hallar tu mano al rehuir tu frente,
dispersos en la prisa de salvarme.

Embelesado el pulso, como noche
feliz cuyos minutos no contamos,
que es noche nada más, amor dormido,
dolor bisiesto emparedado en años.

Cante el pez sitibundo, preso en redes
de algas en tus cabellos serpentinos,
pero su voz se hiele en tu garganta
y no rompa mi muerte con su grito.

Déjame así, de estatua de mí mismo,
la cabeza que no corté, en la mano,
la espada sin honor, perdido todo
lo que gané, menos el gesto huraño.

Gilberto Owen, Poesía y Prosa en el mismo viaje. CONACULTA.
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LOS OJOS DE UNA MUERTA QUE NINGUNA MANO CERRÓ CON AMOR.
El Madrigal por Medusa de Gilberto Owen.

Por: Alfredo Rosas Martínez.

El madrigal es por Medusa, enemiga de Atenea. Sí, por Medusa; ese ser mitológico que por cabellos tiene una maraña de serpientes; y por rostro, una mueca que nadie ha podido describir, aun cuando en ocasiones sean mencionados algunos rasgos: los colmillos de jabalí asomando por los labios; los ojos desorbitadamente abiertos y de mirada fulminante; la frente con cuernos; la boca abierta en rictus que ocupa todo el ancho de la cara; la lengua como de serpiente; el mentón peludo o barbado y las arrugas que pueblan toda la superficie de la cara. Según la versión más conocida del mito, quien mira dicho rostro de frente, queda petrificado, incapaz de expresar lo que ha contemplado. Ver tal rostro supone ya no ver más; no hablar; morir. El rostro de la Medusa está prohibido a los hombres comunes y a los héroes.
No obstante, todo prohibición, al parecer, aunque perteneza al mundo del mito, ha sido establecida para transgredirse.
¡Ese hombre es un cabrón!.
Para seguir leyendo (lo cual es sumamente recomendable, ya que es uno de los mejores ensayos sobre la poesía de Owen) por favor, dé clic aquí:

Saturday, January 26, 2008

AliciaS en la Madriguera - (III) Bluebeard's Room.

En serio tienen que ver esto. Agradecemos a Revista Raskolnikov por la magnífica recomendación. http://revistaraskolnikov.blogspot.com/

Thursday, January 24, 2008

Di del miedo

-¿Quieres sacarte los ojos?

-Sólo quiero olvidar la luz.
La luz roma, franca, chata, torcida sobre los espejos de mis 10, 12, 15, 18, 21, 13, 24. La luz ancha sobre las fauces cernidas bajo los ojos, la luz especular de la piel sobre otra piel. La luz borrosa teñida, insolente del vapor etílico. La luz nombrada, promesa, playa, vacío, catedrales. La luz imagen, deseo, fortuna, belleza, naúsea. La luz decapitada roja, aparecida, fantasmal. La luz azul sobre la capa blanda de los ojos húmedos.
La luz bajo los ojos,
La luz bajo los ojos.

Di del sueño

-Petra ¿te cansas fácilmente?

- Claro, todas las noches cargo sueños que se anudan sobre sí mismos, se hacen una maraña indescriptible de imágenes y a las imágenes se les salen las manos, me miran de reojo y con rencor, me miran exigiendo que las lustres o que les quite de encima una gaviota. Me canso de mis sueños ¿cómo no cansarme? Despierto a ellos como queriendo encontrarlos limpios, tendidos, en el espacio de esta casa donde nunca hay nada, donde no podría haber nada más que esos gigantes infames de cuerdas y pieles que se enredan cada vez más a sí mismos, aplastándose, destruyéndose, dejándose vomitar...

-¿Cómo saber que todos no sólo es uno?

-No es posible, cada uno tiene su olor, el olor del mar por acá sobre el sudor de allá en la arena, la sangre seca encima de los mástiles, la carne desvenada, entreabierta al espasmo...El agua verde, la indigestión violeta, la sed violácea, gris...
Se enredan. Los huelo. Se enredan.

Di del amor

-¿Cómo te llamas?

-Petra

-Dime. ¿Cuál es la edad del infinito? ¿En qué se parecen los ojos al polvo? ¿Crees que todo es relativo, así como la física cuántica y los frijolitos de jalea? ¿Te esmeras en concebirte como alguien mejor o todos los diás sólo tratas de no caer cuando caminas por la orilla de este río de cadáveres? ¿Te entusiasma el azul o prefieres huesos de durazno? Y lo más importante: ¿Prefieres ahogarte o seguir tejiendo ese pequeño sweater para plantas?

-Me da lo mismo. El infinito tiene el polvo de mis ojos en las particiones de la física cuántica del frijolito de jalea. Soy yo y sin embargo, estoy tan cansada de ducharme abrazando gotas... Soy yo, para el azul pétreo de la fetidez del durazno, yo los mato, mato a los duraznos hundiéndolos en el trigo verde fitosomático de todas las noches.
Me gusta matar duraznos. Es lo único que me ama.

Wednesday, January 16, 2008

Vayan, vayan

CENTRO CULTURAL OLLIN YOLIZTLI
"No podemos ponderar el mérito del DICCIONARIO que ofrecemos al público, dejando al lector inteligente apreciar el cuidado y esmero puesto en sus arreglos y corrección ; en él todo se presenta claro y en orden; no se hallarán los yerros que tanto afean otras publicaciones de esta clase"
NUEVO DICCIONARIO DE LA LENGUA CASTELLANA. Librería de CH. BOURET; París; México, 1888.

MOVIMIENTO
Adriana Bautista Martínez + Alan Aguilar Murrietea + Anayatzin Ortiz Guadarrama
+ Matías Arroyo Camacho + Maribel Ortega Pérez + Ricardo Acevedo Camacho

17 ENERO 15 FEBRERO
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Mañana 17 es la inaugiración a las 7. Lamento que sea hasta hoy el aviso, pero no había tenido tiempo. Ojalá que puedan ir. Ojalá también puedan enseñarme a usar los archivos PDF, jaja, no sé copiar imágenes.

Saturday, January 12, 2008

Tabaquería

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supieran quién es, ¿qué sabrían?),
dan al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morir
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.
Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla.
¿En qué voy a pensar?¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción,
¿soy más convincente o menos convincente?
No, ni en mí...¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)
Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.

Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.
[...]
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)
He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.
He hecho de mí lo que no sabía, y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí,
y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiera hecho,
y no me quedara siempre frente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.
Pero el propietario de la tabaquería se ha asomado por la puerta
y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
[...]siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.
Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.

Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.
[...]


Álvaro de Campos
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¡Me lleva! ¡Quiero todo esto de epitafio!