No recuerdo cuál fue la primera película "de autor" que vi, lo que sí recuerdo es que la mayor parte de mi época ceceachera fui a todas las muestras de cine que se exhibían en Aclatlán, quedaba muy cerca. Por ese entonces soñaba con entrar a CU e ir a la mera cuna del la cultura (entonces pensaba eso) Soñaba con revolcarme en los pastos de las islas leyendo libros grandiosos que me tomaran tardes enteras, soñaba con ir a todas las muestras de cine y salir fumando con la cara encendida y los ojos puestos en otra dimensión que pudiera hacerme refunfuñar porque el mundo no es lo suficientemente hermoso, que me llevara a escribir largas horas bajo una jacaranda, soñaba con tener la Biblioteca central cerca y poder hojear sus entrañas tardes y tardes infinitas. Pero no contaba con que la medicina me iba a dejar como herencia, la inexplicable carrera que me hacía no poder estar en paz en algún lugar.
No recuerdo cuál fue la primera prelícula que me conmivió hasta la desesperación, creo que todo comenzó por unos cortometrajes ecologistas que vi en la secundaria: cuando entré a la Sala de proyecciones todo estaba osbscuro y sólo se veía el logo de WWF en una pantalla al fondo. Luego salió un niño que estaba jugando en un lugar donde hacía mucho frío, tenía la ropa desgarrada y la cara sucia. Aparecía (así como en the wall) un tanque de guerra y luego una paloma que se acercaba al niño. ambos comenzaban un juego, como de reconocimiento. De pronto el niño la tomaba entre sus manos y la levantaba. La paloma volaba y en ese momento una bala la tiraba al suelo. Hacían una toma abierta y se veía un campo de guerra sitiado por fábricas en un lugar muy frío. La última imagen en pantalla era la cara del niño saltando la barricada para levantar a la paloma, al mismo tiempo se oía un disparo. Cuando encendieron las luces, mi maestro de ecología (el amor de mis amores) estaba sentado con una cara indescriptible, al frente, sin inmutarse, y yo ¿cómo creen? claro, llorando.
Luego vino Wenders y Greenaway y sobre todo Kieslowski. Mi inocencia se acabó. Pero ninguna de sus creaciones, por maravillosa que sean, han podido superar la desesperación que inflama Léolo. La primera vez que la vi fue en el Carlos Lazo, fue un día espantoso, de esos en los que todos los planes se van a la diablo y uno ya no sabe si renunciar o sólo por pinche necedad quedarse. Léolo me supera en muchos aspectos, supera mi capacidad de reconocimiento, mi capacidad de conmoción, de naúsea.
Esta tarde la he vuelto a ver y las imágenes me atacan, están sobre mi cabeza en un remolino de amnesia y de recuerdos. Su hermana (mon bébé, Leo), su madre, su padre con cara de atardecer, su hermana y los insectos, su sexualidad descubierta. su envejecimiento prematuro, su escritura, su necesidad de escritura. Me conmueve la forma tan poética de justificar la realización onírica del sinfín de cosas que se quieren, por el montón de bagatelas que se tienen.
Voy a copiar todo el guión, próximamente.
Sólo está esto en la red:
"You my lady Bold melancholy Solitary crypiercing my flesh, Offering it to ennui, Haunting my nightswhen I don't know Which way my life should go, I have paid you backa hundredfold." You my lady Bold melancholy Solitary crypiercing my flesh, Offering it to ennui, Haunting my nights When I don't knowwhich way my life should go, I have paid you backa hundredfold. The ambers of the dream Left behind the ashesof a shadow of a lie you told me to hear. The white serenity Minute of eternity was a dark-haired wicked waif who pierced my sorrowwith a sharp and sacred breast leaving only the remorseof seeing the sun rise on my solitude. "And I shall rest my headbetween two words, in the Valleyof the Vanquished."
Jean Claude Lauzon (que se murió como Pedro Infante, qué cosas ¿no?)