O los libros de lo inevitable

Wednesday, August 15, 2007

CIRCE

Fácil, demasiado fácil fue
que los hombres se rindiesen
a mi voluntad.
Demasiado fácil
transformarlos con un simple roce
pero tú
a la deriva en el vasto mar
¿Cómo puedo hacer que regreses?
Cedros y fresnos blancos,
cedros rocosos y plantas marinas,
y tamariscos
cedros rojos y blancos
y negros de un bosque recóndito,
fragancia tras fragancia
y todo este mágico mar tan mío...
no sirven de nada.
Demasiado fácil fue
atraerlos con el pensamiento
desde los más remotos confines;
Todos rezaban para que yo los tocase,
todos lloraban por contemplar mi rostro
todos me suplicaban incluso
piedad
Uno a uno los convertí en su propio ser.
Una pantera, otra pantera,
luego un negro leopardo,
una blanca pantera y otra roja,
y un enorme galgo
-una bestia semejante a un Dios-
todos trazan en la arena un nítido círculo
que me aísla de todo lo terrestre,
y con sus propios ladridos, mugidos,
gruñidos opacan el rugido del mar
y a las estrellas marinas
y a los remolinos de arena
a los tamariscos rocosos...
pero no a tu voz.
Fácil, demasiado fácil es atraer a los hombres
desde las tierras más lejanas.
Demasiado fácil reunirlos a todos a mis pies
con un pensamiento,
es hermoso contemplar
a la enorme pantera al esbelto galgo
rondando en la oscuridad.
Demasiado fácil convertir
la humareda de cedros y fresnos blancos
en palacios
y cubrir las cuevas marinas
con ónix y marfil.
Pero yo daría todo
este roquedal veteado de corales
y la cámara más secreta
de mi mansión en la isla
y todos mis dones
y todos mis dominios
y toda mi magia y poder
a cambio de tu mirada.

Hilda Dolittle

1 comment:

Anonymous said...

guau