O los libros de lo inevitable

Saturday, February 23, 2008

Día quince

Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: ¿amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes, o este sol colorado que es mi sangre furiosa cuando entro en ella hasta las últimas raíces?
¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo, repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces de eternidad visible?
Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una, a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.
Gonzalo Rojas
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SEGUNDA FUGA
("Un coup de dés")
Alcoh0l, albur ganado, canto del cisne del azar.
Sólo su paz redime del Anciano del Mar.
y de su erudita tortura.
Alcohol, ancla segura y abolición de la aventura.
Gilberto Owen

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