Yo también dejaré lo mejor para el perro. Yo no soy esto... Yo no era esto... Yo no sé qué soy... pero lo cierto, es que me harta, me molesta, me termina.
Aquí termino.
Me cansé.
La comedia est finita...
O los libros de lo inevitable
Thursday, August 28, 2008
Friday, August 15, 2008
Thursday, August 14, 2008
Uyy vale la pena esto y nada más que esto.
Heard Joke once: «Man goes to doctor. Says he’s depressed. Says life seems harsh and cruel. Says he feels all alone in a threatening world, where what lies ahead is vague and uncertain. Doctor says: ‘Treatment is simple. Great clown Pagliacci is in town tonight. Go and see him. That should pick you up’. Man bursts into tears. Says ‘But, doctor... I am pagliacci’»
Alan Moore, Watchmen (1986)
Tomado de Sensacional D (http://sensacionald.blogspot.com/), blog por demás recomendable si eres un adulto, porque el contenido ahora nada más es para adultos je. Lo bueno es que ya soy mayor de edad en el mundo.
Alan Moore, Watchmen (1986)
Tomado de Sensacional D (http://sensacionald.blogspot.com/), blog por demás recomendable si eres un adulto, porque el contenido ahora nada más es para adultos je. Lo bueno es que ya soy mayor de edad en el mundo.
Monday, August 11, 2008
Thursday, August 07, 2008
97. Nocturno miedo
Todo en la noche vive una duda secreta:
el silencio y el ruido, el tiempo y el lugar.
Inmóviles dormidos o despiertos sonámbulos
nada podemos contra la secreta ansiedad.
Y no basta cerrar los ojos en la sombra
ni hundirlos en el sueño para no mirar,
porque en la dura sombra y en la gruta del sueño
la misma luz nocturna nos vuelve a desvelar.
Entonces, con el paso de un dormido despierto,
sin rumbo y sin objeto nos echamos a andar.
La noche vierte sobre nosotros su misterio,
y algo nos dice que morir es despertar.
¿Y quién entre las sombras de una calle desierta,
en el miro, lívido espejo de soledad,
no se ha visto pasar o venir a su encuentro
y no ha sentido miedo, angustia, duda mortal?
El miedo de no ser sino un cuerpo vacío
que alguien, yo mismo o cualquier otro, puede ocupar,
y la angustia de verse fuera de sí, viviendo,
y la duda de ser o no ser realidad.
Xavier Villaurrutia
el silencio y el ruido, el tiempo y el lugar.
Inmóviles dormidos o despiertos sonámbulos
nada podemos contra la secreta ansiedad.
Y no basta cerrar los ojos en la sombra
ni hundirlos en el sueño para no mirar,
porque en la dura sombra y en la gruta del sueño
la misma luz nocturna nos vuelve a desvelar.
Entonces, con el paso de un dormido despierto,
sin rumbo y sin objeto nos echamos a andar.
La noche vierte sobre nosotros su misterio,
y algo nos dice que morir es despertar.
¿Y quién entre las sombras de una calle desierta,
en el miro, lívido espejo de soledad,
no se ha visto pasar o venir a su encuentro
y no ha sentido miedo, angustia, duda mortal?
El miedo de no ser sino un cuerpo vacío
que alguien, yo mismo o cualquier otro, puede ocupar,
y la angustia de verse fuera de sí, viviendo,
y la duda de ser o no ser realidad.
Xavier Villaurrutia
Wednesday, August 06, 2008
96. El regreso del ángel
Llegó el ángel maldito,
húmedos ojos, muñecas cercenadas.
El ángel ciego,
conducido por el perro leproso.
Y no se trata aquí, tampoco,
de conmover a nadie
pero el perro era horrible:
era el perro del ángel,
escaldado hasta el alma
por la suprema roña de su dueño.
Era un perro con alas,
sin patas, sin orejas;
acaso unos seudópodos y alguna antena.
Y este perro magnífico,
este mastín roído hasta el ratón,
mordía, pero no ladraba.
Solamente los ojos del perro estaban vivos:
lo demás era tierra entre la tierra,
pantano de pantanos.
Lo demás era ciego,
y de carnes pasadas
o tiernamente repelentes
como las carnes azules de su ángel.
El ángel se acercaba,
maldito, amado y putrefacto,
para besarme con su boca herida
por todas las espadas
que mano humana urdiera.
Yo me puse las manos sobre las rodilla, la carne sobre el hueso,
anfibio transtornado por la naturaleza
enloquecida:
y el perro -este vidente-
se acercó primero,
y me tendió la pata que goteaba carne,
y la tomé,
por miedo.
Eduardo Lizalde, de El tigre en la casa
húmedos ojos, muñecas cercenadas.
El ángel ciego,
conducido por el perro leproso.
Y no se trata aquí, tampoco,
de conmover a nadie
pero el perro era horrible:
era el perro del ángel,
escaldado hasta el alma
por la suprema roña de su dueño.
Era un perro con alas,
sin patas, sin orejas;
acaso unos seudópodos y alguna antena.
Y este perro magnífico,
este mastín roído hasta el ratón,
mordía, pero no ladraba.
Solamente los ojos del perro estaban vivos:
lo demás era tierra entre la tierra,
pantano de pantanos.
Lo demás era ciego,
y de carnes pasadas
o tiernamente repelentes
como las carnes azules de su ángel.
El ángel se acercaba,
maldito, amado y putrefacto,
para besarme con su boca herida
por todas las espadas
que mano humana urdiera.
Yo me puse las manos sobre las rodilla, la carne sobre el hueso,
anfibio transtornado por la naturaleza
enloquecida:
y el perro -este vidente-
se acercó primero,
y me tendió la pata que goteaba carne,
y la tomé,
por miedo.
Eduardo Lizalde, de El tigre en la casa
Tuesday, August 05, 2008
95. El juego inventa el juego
¿No será mal negocio este que somos
de besos y de piernas y de pieles?
A diario hacemos cuentas y balances,
a diario negociamos
con nuestros cuerpos y con nuestras almas.
Inútilmente a ciegas, sordos.
Inútilmente. Inútil.
Los dos robamos.
Ambos somos venales.
Nos vigilamos, nos enternecemos.
Yo acaricio el talón de esta mujer,
muy suavemente-con la yema de la yema de los dedos-
buscando el punto débil,
el talón del talón
el atajo más corto
el inhollado centro de su vida.
Inútilmente. Inútil.
Y ella me toca a mí y me mira
completo, con sus manos omnimodas.
Busca un hueco en el torso, una fisura
para hundir el brazo
tras tesoros supuestos.
Inútilmente. Inútil.
Tal vez, acaso, a lo mejor, quizá, en el fondo,
dicho de algún modo, en cierta forma entonces,
no lo sé, es posible;
no nos hemos tocado,
ni nos conocemos
ni hemos estado aquí,
ni importa a nadie lo que nos suceda;
y no somos humanos
ni hemos sentido dentro cosa alguna
-murallones calizos y abstrusos de la costa
que se miran sin ojos y sin verse-
ni somos nadie
ni existimos
ni nada.
Eduardo Lizalde, en La zorra enferma
de besos y de piernas y de pieles?
A diario hacemos cuentas y balances,
a diario negociamos
con nuestros cuerpos y con nuestras almas.
Inútilmente a ciegas, sordos.
Inútilmente. Inútil.
Los dos robamos.
Ambos somos venales.
Nos vigilamos, nos enternecemos.
Yo acaricio el talón de esta mujer,
muy suavemente-con la yema de la yema de los dedos-
buscando el punto débil,
el talón del talón
el atajo más corto
el inhollado centro de su vida.
Inútilmente. Inútil.
Y ella me toca a mí y me mira
completo, con sus manos omnimodas.
Busca un hueco en el torso, una fisura
para hundir el brazo
tras tesoros supuestos.
Inútilmente. Inútil.
Tal vez, acaso, a lo mejor, quizá, en el fondo,
dicho de algún modo, en cierta forma entonces,
no lo sé, es posible;
no nos hemos tocado,
ni nos conocemos
ni hemos estado aquí,
ni importa a nadie lo que nos suceda;
y no somos humanos
ni hemos sentido dentro cosa alguna
-murallones calizos y abstrusos de la costa
que se miran sin ojos y sin verse-
ni somos nadie
ni existimos
ni nada.
Eduardo Lizalde, en La zorra enferma
Monday, August 04, 2008
94. The megalomaniacal adventures of Adriana
Una canción que me lleve al éxtasis, al olvido profundo. ¿Existe? No puedo recordar ninguna... alguna letra dolorosa y medio fatalista que no implique que esté ebria cuando la canto. Unas palabras, hay tantas en la cabeza... Y nunca está la adecuada, quizás eso de Goethe: "que contraria las creaciones de mi agitado pecho con las mil bagatelas de la vida".
Taxi
Los ojos dicen mucho más que las palabras, la ropa, ¿de qué manera me habrá visto vestida ese hombre? ¿las orejas serán tan visibles? ¿olió mi premura, mi desesperación? ¿hurgó en mi basura? ¿qué le da derecho? ¿tan mal me vio que se sintió con la responsabilidad de alertarme? ¿Alertarme de qué? yo no he hecho nada malo ¿o sí? Todo me afecta a mí ¿por qué los demás habrían de sentir recelo? ¿qué demonios hice mal? Tal vez, debería pensar en lo que dice Carlos: si lo que tiene que ser fácil cuesta tanto trabajo, es porque algo no estás haciendo bien. ¿y qué es? ¿qué no estoy haciendo bien? como, duermo, me baño, trabajo, vivo, amo, espero ¿qué está mal con eso? ¿a quién dañé tan profundamente? ¿tengo que pagar por el daño recíproco, qué tengo que hacer? Sólo lo difícil es estimulante, todas las cosas que valen la pena cuestan trabajo, si no, cualquiera las haría... WORDS, WORDS, WORDS... JUST FUCKING WORRRRRRRRRRRDDDDDDDDDSSSSSSSSSSSSS
Esa señora no debería usar ese pantatalón, qué mal que la celulitis invada de esa manera las nalgas de las mujeres a cierta edad. Ay pero qué cara de ese tipo, cuánta pinche gente sola hay en este mundo. Eso me recuerda el día que Asdrubal me dijo que había gente que iba a cortarse el cabello sólo para que la tocaran. Este sentimentalismo crea un pinche pandemoniúm.
Esa mujer está siendo insultada ¿qué necesidad tiene de que le digan que "saque pa' andar iguales"? Creo que por eso no me he vuelto vagabunda, me encabronaría pedirle un peso a un pendejo que se crea superior a mí, después de todo sí soy megalomana. Soy más ególatra que viciosa y más vanidosa que borracha. Ese libro de Clarise me lo quiero comprar desde hace mucho, 240 pesos no los tengo, en cuanto cobre me lo voy a comprar, recuerdo el olor de sus forros en las tardes de facultad antes de entrar a latín, cuando el deseo de algo era tan luminoso. Pero hay días así... consuelo de pendejos. Frases qeu me enojan apenas son dichas: quizás tú estás mal, pero siempre hay alguien que está peor y tantas otras, quizás incluso esa de José Alfredo: tú bien sabes que si ando tomando cada copa la brindo en tu honor... tengo ganas de emborracharme y cantar, cantar hasta que me duela la garganta... o quizás no, cantar y leer poesía, tiene mucho que no leo nada con calma, no tengo calma... entre las clases y los horarios... bueno... ya tendré calma... aunque más bien tengo ganas de fornicar y fornicar hasta que el tiempo desaparezca.
Pero qué tipo tan desagradable, seguramente él si lleva en abstinencia la mitad de su vida, ¿por qué a la gente no le gusta lavarse los dientes? ¿no le da asco su propio aliento? ¿Todos los ancianos oleran así? ¿Te darás cuenta de cómo envejeces al mirarte en el espejo? ¿verás cuando se te cuelga la piel del cuello? ¿cómo será? Y cierto, me importa un pito lo que piensen los demás, me pasa a mí, a Mí, A MÍ. Yo soy yo, qué sé yo... no sé nada... ¿por qué demonios no exterminan a todos esos mendigos que apestan cuando se suben a los autobuses..? Seguro ellos nunca han tenido hambre o el hambre es un concepto que no les importa. ¿La gente creará su propio personaje? ¿cómo es posible que todo sea tan disímil?, esa mujer se ciñe los pantalones a la panza y camina como una persona ruda, seguramente tuvo que ser fuerte cuando la golpeaban ¿pero qué hago, sicoanális? me doy asco ¿por qué siempre estoy mirando a los demás como hurgando en un comportamiento fatalista. ¿Y cómo sería si no? ¿para qué la vida si no hay algo plenamente malo o plenamente bueno? ¿qué es esto?Ese tipo seguro ha visto pornografía los últimos meses de su vida de manera enferma, no puede dejar de mirar los traseros de las mujeres de manera voraz. Y por si fuera poco trae su pinche playerita de onanista declarado: "No estoy gordo, es el semen acumulado" ¿Cómo, Dios, cómo pudiste crear a Caravaggio y a una piltrafa como esta bajo el mismo cielo? A veces mis instintos de sociopata prepuber iniciada a los 17 afloran sin pensarlo. Me lo imagino decapitado en el fondo oscuro de un cuarto mientras una mujer enjuaga un cuchillo en la cocina, una mujer vieja. él está cercenado miembro por miembro... Ahora lo sé, eso hago mal. Yo no soy esto ¿o sí? ¿Soy este monstruo? ¿Un monstruo que olvidó tener la libertad de imaginar sin llegar al sentimentalismo obligado?¿ qué soy? He cambiado tantas veces que ya no lo sé... no sé qué soy, no sé quién soy '¿importa?
Please, God, forgive this living creature...
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