Abrir los ojos ante un amanecer teñido con el sueño malsano,
mirar alrededor
y encontrar una grieta precisando el anuncio de ruinas.
Levantar las manos con la certeza de tocar
las fisuras que giraron toda la noche sobre el rostro.
Encontrar bajo los párpados las arrugas marcadas
el indicio ineludible de otra noche
en la cual fue preciso digerir el llanto.
Incorporarse lentamente
sentir las madejas y los gránulos de la noche permeándose en el tiempo.
Mirar en el reloj al verdugo decapitando el sitio,
asomarse a la ventana.
Mirar la luz saliendo del cuello recién degollado...
Someter al cuerpo a soportar la inanición y el tedio...
Salir,
con la luz a la espalda, nadie alrededor,
llamar la atención del conductor, una, cuarenta veces...
NADIE QUE TE NOTE
Recordar el sueño, el rostro que miraste vetusto
ante la certeza de la inexistencia...
Regresar a la casa, olvidar la lejana mirada del vecino,
Notar que no hay luz que te solape, pararse junto a un árbol reflejado en las sombras...
buscar y moverse, autómata desesperado por la negación del sol...
entrar a la casa, pasar el espejo
NO ESTAR EN ÉL...
salir a la calle,
entrar a una tienda y repetir la orden hasta quedar ronco...
Regresar a la casa,
llamar a números conocidos...
¡Bueno! ¡Diga! ¡Diga! ¡Diga! ...
Reconocer la inutilidad del grito
Sentarse en la sala,
encender el cigarro,
aspirar y notarlo intacto,
lograr el consuelo con el disfrute aéreo de la mutilación del humo....
recordar el sueño y teñir el día con un sopor degustable.
Mirar en el reloj al mismo verdugo que has visto al salir...
Acostarse.
Hacer breves experimentos de alquimia
para transformar el miedo en somnífero
Dormir arropado
Abrir los ojos ante un amanecer teñido con el sueño malsano,
mirar alrededor
y encontrar la grieta precisando el anuncio de ruinas.
Levantar las manos con la certeza de tocar...
encontrar....
Salir...
recordar...
O los libros de lo inevitable
Wednesday, April 05, 2006
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3 comments:
Suena a rutina. Me da curiosidad la fórmula alquímica para transformar el miedo en somnífero, tal vez haya algo que lo convierta en insomnio.
Eterno ciclos y... nunca nos detenemos a mirar el resto del mundo por temor a que nos guste y seamos capaces de perdernos en él, perdernos a nosotros, pues lo nuevo es la cosa más temible que puede existir para el humano que tiene el alma triste... Es difícil renunciar a lo que somos, para qué, para darnos cuenta que fue tiempo perdido y que el daño ya está hecho y finakmente, regresamos al mundo gris del que salimos...
para lo que termina antes de todo lo dicho se pronuncia una palabra: muerte
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