O los libros de lo inevitable

Tuesday, November 14, 2006

Onirismo compartido

Ayer fue un día terrible, atropellaron a un perro justo frente a mí, me empapé con la tromba que se desató por la noche y todo el día estuve pensando en ese sueño, que a la más pura usanza de Bolaño en su cuento"El retorno" el cuerpo inerte se veía amenzado por un secuencia de hombres necrófilos, eso me llévó a pensar en el abuso y los niños y bla, bla... lo peor es que durante todo el sueño (o entre la vigilia y el sueño) estaba redactando mentalmente una especie de ensayo acerca de la necrofilia, Roberto Bolaño y la paidofilia, me desperté infinidad de veces para seguir soñando lo mismo, hasta que de pronto, estaba en un auditorio lleno de personas que dormían, casualmente yo iba áhí a robar libros, todas las personas traían libros que quería...
A propósito de Bolaño, esta vez que leía Putas asesinas lo traía de aquí para allá sin recato alguno( en dado caso que las reglas de etiqueta establecieran el uso casero de libros cuyo título contiene palabras que alteren el orden público (o púbico que pa' l caso es lo mismo) ... me daba risa darme cuenta que a la gente le lastima ver palabras abyectas en libros ajenos. Las señoras del metro iban mirándolo como de reojo, lo querían ver y no lo querían ver, sin embargo dentro de las posibilidades más inocuas me miraban a mi como tratando de explicarse qué hace semejante persona bien portada con un libraco como ese...
Así como ese cuento de Serna que se llama "El alimento del artista" sustituyendo la necesidad de los aplausos para pervivir, necesito sueños. He dejado de trabajar, leo más y mi mente está que no se soporta de tantas revoluciones. He escrito más en estos últimos días que en en los cuatro meses anteriores completos. He soñado muchísimo y quisiera que ustedes, estimados lectores, compartieran algún sueño con esta pobre mujer cuyo índice de comunicación vía electrónica asciende al 90% de la comunicación total con el mundo exterior. El otro 10 % es por teléfono ( así que este índice puede, en definitiva, variar). Los exhorto a transcribir o reescribir uno de sus mejores sueños, o el más trágico, o el menos importante, no sé, el que quieran. Sólo denme un sueñito, aunque sea muy, muy pequeño.
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Por cierto que uno de los cuentos de ese libro se llama BUBA, es de football y el protagonista se apellida Acevedo... tiene que leerlo capitán.

2 comments:

El Gran Jesus said...

De chico, mi sueño mas recurrente era alimentar con frituras enchiladas a la jirafa que tenía en mi patio (en mi sueño, claro). Aprendí a controlar mis sueños una vez que soñaba que un monstruo me asfixiaba, entonces pensé "pues que me mate, total, cuando me muera me despierto", entonces no me desperté, pero el monstruo me dejó en paz. Dicen que cuando sueñas no puedes leer, pero seguido sueño con el metro, y leo las estaciones y los carteles. A veces sueño que voy en una especie de carro-patineta, manejando por las vías, y el techo se va haciendo mas y mas bajo, hasta que voy casi acostado manejando...

Anonymous said...

Uno de los mejores sueños que he tenido este año fue cuando conocí a un morrito chileno que me llevaba a su país porque iba a debutar con el Colo-Colo... ¿por qué me llevaba a mi? ¿por qué me emocionaba volverme hincha del Colo-Colo? ¿qué hacia un jovencito chileno en México si estaba a punto de debutar en su país?

La preguntaba debería ser ¿qué cené ese día?