O los libros de lo inevitable

Thursday, February 16, 2006

La sed de los peces

I
Si describiera a los enemigos que habitan en el interior del hombre,
hasta el más valeroso se paralizaría.
El silencio de Dios es necesario
porque el corazón humano es débil.

II
Apostó y tiró su traje en éxtasis.
Tal amor vale mil trajes.
Es embajador de tal amor y ha desempeñado bien su papel.
Al oírlo, el rey quedó mudo, aunque su alma
siguiera hablando con el alma.
Esto es lo real: despertar y disolverse.

III

Yo dije: mis ojos. Él dijo: ¿qué importa una nube?
Yo dije: mis lágrimas. Él dijo ¿qué importa un surtidor?
Yo dije: mi corazón. Él dijo:¿qué importa la carne abrasada?
Yo dije: mi cuerpo. Él dijo: ¿qué importa una ruina?

IV

La casa es suya, el traje, el pan,
los cuerpos, los ojos, y el alma son suyos
como aquella otra cosa que no puede decirse
por falta de tiempo, de hermanos, de lugar.

V

Si eres paciente, desgarraremos el velo de tu paciencia.
Si te adormilas, sacaremos de tus ojos el sueño.
Si te vuelves montaña, te fundiremos con fuego.
Si te vuelves océano, beberemos toda tu agua.

Jalaludin Rumi, La sed de los peces. CONACULTA.

Debo aclarar que se refiere al amor místico y no al que todos conciben con la palabra "amor". Otra cosa que hay que aclarar es que este hombre nació en la lejana fecha de 1207, en aquél ahora inexistente lugar de Bactria (Hoy Afganistan)

Si siempre lo he dicho, le atino a todas las modas menos a las de diseñador, hoy en día tan recurrentes por mi planeta todos los persas y sufís; hoy tan de moda los conflictos musulmanes... ¿Será que de verdad el eurocentrismo nos pone más en conflicto que cualquier otra cosa? Defiendo la libertad de expresión, por supuesto, pero un ataque más a una sociedad aterida por los ataques globales en su contra, obviamente sabe de la agresión lo que de agresión le han enseñado. Maldito imperialismo.

1 comment:

Anonymous said...

Es un mundo violento sin duda y cómo dejar de serlo cuando, simple y sencillamente, las miradas que nos entregamos los unos a los otros (conocidos o no) están llenas de rabia. La existencia humana es cada día más neurótica y los musulmanes, tu y yo, sabemos de eso...