O los libros de lo inevitable

Wednesday, November 23, 2005

El camino del imbécil

Hoy tal vez la mañana sin nadie, los dientes fuera de las luces de mi futuro, la idea de sobrevivir en medio de esta sociedad inmarcesible, las confusiones y las puestas en escena de la misma obra del absurdo. Vestir- salir- regresar. Hoy han derogado sus señales esos nombres fallidos de la esperanza, tal vez es demasiado y sólo pretendo subsistir por un momento anclada a esta nostalgia de saberme perdida frente a todos, o tal vez entre todos, o sólo quizás es que hoy me llegó el lado femenino y ni mi cuerpo ni mi vida son capaces de predecir mis reacciones. Tal vez hoy y sólo por placer asesine al anciano de la tienda o me sorprenda destazando a un imbécil en la imaginación. Pero sé ante todo que lo único que parte en un día como estos es mi esperanza, la que había conseguido, la que no dejaré (supongo) pero que precisamente ahora, se convierte en una esquela de fantasmas contra la que no quiero luchar. Me duele lo que pasa y lo que no, me duele volver a romper con lo prudente y mis esquemas a futuro...pero no hay algo que me sienta capaz de hacer, nada que me ocasione salir a pervivir en otro cauce que no sea el propio.
Recuerdo...un hombre caminando a mi lado por la ciudad de México, traía sobre los ojos ese destello de los cielos oaxaqueños, había mirado mucho de la metrópoli, él me dijo: ¿Por qué toda la gente es tan indiferente aquí? ¿nadie se saluda? Y después de eso, ayer por la noche caminando frente a la misma funeraria de siempre, pisé una mierda de perro y dije: ¡pues claro! La gente no se mira a los ojos porque van cuidando que sus suelas no toquen la mierda, porque si tocan la mierda huelen feo, y si huelen feo nadie se les acerca y si no se les acercan se sienten peor ¿nunca se han preguntado por qué es muy breve el pasto en la ciudad? Pues yo creo que es porque ya se terminó todo el que había, lo erosionaron las suelas hediondas de gente despistada. Dicen que pisar mierda de perro es de buena suerte o que te cague un pájaro. Pero aún así , aunque ala vuelta de la esquina estuviera el futuro más predominantemente feliz por los siglos de los siglos, te encontraría con una mancha verde sobre la solapa o con la angustia de saber que cargas la peste bajo los pies. Si las calles de México tuvieran menos perros tal vez la gente comenzaría a saludarse más, a mirarse los ojos. Luego sabría que poco a poco se odia o se ama, o simplemente trataría de indagar qué es lo que pasa a través de la mirada del que saluda....Mejor que siga habiendo muchos perros, las relaciones humanas ya son bastante conflictivas por sí mismas ¿para qué enmendar nuestro propio caos interactivo? Eso me trae a la memoria una bonita cita de Cioran:
Había venido desde lejos a buscar el sol y el sol, hallado al fin, me era hostil. ¿Y si me lanzase desde lo alto del acantilado? Mientras hacía consideraciones más bien sombrías mirando a la vez los pinos, las rocas y las olas, sentí de repente hasta qué punto me encontraba sometido a este bello universo maldito.
De Ese Maldito yo
Que siga siendo un bello universo maldito lleno de mierdas de perro.
La recomendación desesperada: Una primavera para Domenico Guarini, de Carme Riera. No tiene más adjetivos que: fascinante.

2 comments:

Anonymous said...

¡Cuanta razón! por eso no me gustaba ir a la escuela, que se encuentra en Xochimilco, tierra del perro atropellado. En el rato que estuve yendo me toco ver mas veces como atropellaban a algun perro que en toda mi vida. Seguro se debe a que tal vez es la delegación con mas perros callejeros y menos topes y semáforos... no solo pisabas mierda de perro sino también perros hechos mierda, con razón no tengo amigos...

Anonymous said...

Bueno, ni creas que son verdades universales eso de la mierda de perro y los perros hechos pomada. Lo que acabas de decri es miy original, será una de las bases de mi teoría banquetera. Pero no te quejes, tú si tienes muchos amigos. ¿de verdad no hay mucho topes y semáforos? Creo que sólo un par de veces he ido a Xoxhimilco y nunca reparé en ello. Ah! y Novísimo es como decir muy novedoso.