O los libros de lo inevitable

Monday, November 14, 2005

El pez que muere, sitibundo


Es extraño darse cuenta que ciertos momentos de un refranero nos resumen. Creo que los reductos de la feminidad se vuelven notables al momento de alcanzar una conversación con el otro. Las feminas se convierten en entidades verbales antes que pensamientos rumiados.
Incluso con ello es posible datar el catálogo de agravios y predecirlas, por eso considero que los hombres en la historia de la humanidad, ganan por knock out, los varoniles intelectuales saben hasta qué punto callar o bien hasta dónde llegar para lograr lo que una mujer requiere, lo peor es que no lo notan y jamás podrán hacerlo (¿o será lo mejor?). A excepción de ciertos hombres cautos y nobles, el mosaico de mis recuerdos masculinos se puede resumir a tres palabras: inseguridad, sexo y celos, las tres son memorables y creo que ninguna privativa de la otra. Lo interesante es no morir sitibundos de sonido, debemos comenzar a ser audibles para bien de nuestras propias visceras, de no ser así perderemos las nociones de lo intrascendente y seguiremos irrirtándonos de manera bestial al mirarnos de frente en el verdadero culo del diablo.
La recomendación desesperada:Dentro de la piel de una jóven realizadora francesa, Marina de Van. El argumento es femeninamente valioso y las escenas (si gustan de un poco de tripas) artísticamente notables, la protagonista guapísima y la fotografía imponderable. La sacó Zafra en México y estuvo en la cineteca por un tiempo este año.

2 comments:

Anonymous said...

Sí esta página no fuera tuya, mataría a la persona por sentir que me roba mi vida...
como siempre es un placer leer lo que tienes en mente y hacerlo mío todas las noches...

Popi said...

Me trajo por aquí la palabra sitibundo, y sitibundo me voy, por ver la película que recomiendas y por tus acertadas palabras.
Un placer.