O los libros de lo inevitable

Sunday, May 18, 2008

14 y 15

Señor:
¿Leerás los blogs en la web?
Quisiera entender por qué me sigue indignando profundamente el hecho de que el libre altruismo sólo sirva para complicar las cosas. Y sin embargo, podrías hacerme lo que digas, lo que quieras, y aún así tendría que callarme y aceptar que eres sabio y redentor y que todos tenemos un propósito. Odio mirar de lejos cómo se van las cosas que determinas. ¿Para qué me las das si luego te las llevas? ¿Para qué me pides que entienda? ¿Para qué se inventó la maldita etimología de misericordia? ¿Dónde estás cuando mis sueños son menos sueños y más tortura? ¿Para qué me enseñas la bondad si la pudredumbre acecha? ¡Cuál es tu plan? Dímelo... Dime. Habla conmigo, resiente mis injurias, castígame o dámelo todo. Si yo no puedo decidir nada porque el sistema que creaste no permite que lo haga, entonces decide por mí. Quítame el peso de la decisión, quítame la memoria, la idea de la posibilidad, llévate todo...
Señor...
Una señal... por favor... una sola. Si me dijeras cuál es tu plan, te aseguro que trabajo contigo, pero llévate la incertidumbre, por favor... córtala en trozos y hazme perderla.
He sido buena, creo al menos, que no he matado a nadie, que todos mis errores son consecuencias y que mis aspiraciones no tienen, en definitiva, inmersas las imposibilidades.
Señor...
Si no es todo lo que pido, al menos dame más paciencia... menos ganas de enloquecer y correr, menos amor o menos dolor...
¡Bah! Seguro tienes cosas más importantes que leer.

2 comments:

El Gran Jesus said...

No, en serio, negociar con Dios es como negociar con terroristas (em... en serio espero que no lea :P) Retráctate, la paciencia es de sus mercancías mas caras, necesitas creer completa y fielmente que todo pasa por una razón, y esto solo pasa después de un trauma que normalmente implica mucha culpa... mejor ve sabiendo impacientemente, todo pasa por una razón.

Anonymous said...

Tanto la querés como para irte? Tanto cuánto? Cuánto es tanto? Cómo medir el amor que te tengo? Por la cantidad de veces, días, horas, minutos que te pienso? Por la cantidad de lágrimas que te lloran? Por los días que nos vimos? Por los días que faltan? Por qué? Y cómo? Cómo amarte a la distancia? Cómo reemplazar besos, abrazos, miradas, caricias? Por rolas, cartas, regalos, palabras, fotos? Y mis señales? Cuáles son las mías? Y la paciencia y la esperanza y la fortaleza, dónde están, Dios? Ah, cierto que a mí tampoco me lees.