O los libros de lo inevitable

Saturday, December 03, 2005

Mes deux sous de raison sont finis!


Es grave advertir
que después del orden de este mundo
hay otro orden.
¿Cuál es?
No lo sabemos
El número y el orden de las suposiciones posibles
en ese ámbito
es de forma justa
¡el infinito!
¿Y qué es el infinito?
No lo sabemos con precisión.
Es una palabra de la que nos servimos
para indicar
la apertura
de nuestra conciencia
a la posibilidad desmesurada
inagotable y desmesurada.
¿Y qué es la conciencia?
No lo sabemos con certeza.
Es la nada.
Una nada
de la que nos servimos para indicar
cuando no sabemos algo,
con respecto a qué
no lo sabemos
y entones decimos
conciencia
en cuanto a la conciencia
pero hay muchos otros aspectos
¿Y entonces?
Parecería que la conciencia
está ligada
en nosotros
al deseo sexual
y al hambre;
pero prodría
muy bien
no estar ligada a ellos.
Se dice,
se puede decir,
hay quienes dicen
que la conciencia
es un apetito,
el apetito de vivir;
de inmediato
al lado del apetito de vivir
aparece en el espíritu
el apetito del alimento
como si no hubiera personas que comen
sin ninguna clase de apetito
y que tienen hambre.
Porque también
existen
quienes tienen hambre
sin tener apetito;
¿Y entonces?
Entonces
un día
el espacio de la posibilidad
se me presentó
pero no sabía con exactitud qué eran
ni el espacio,
ni la posibilidad,
y no experimentaba la necesidad de pensarlo;
eran palabras
inventadas para definir cosas
que existían y no existían
frente a
la urgencia apremiante
de una necesidad:
suprimir la idea,
la idea y su mito
y hacer reinar en su lugar
la manifestación tonante
de esa explosiva necesidad:
dilatar el cuerpo de mi noche interna,
de la nada interna
de mi yo que es noche
nada, irreflexión,
y que, sin embargo, es una afrimación explosiva:
hay que dejarle lugar
a algo,
a mi cuerpo.
Pero.
No lo sé
sin embargo
sé que
el espacio
el tiempo
la dimensión
el devenir
el futuro
el porvenir
el ser
el no ser
el yo
el no yo,
no son nada para mí;
en cambio hay una cosa
que significa algo,
una sola cosa que debe significar algo,
y que siento
porque quiere
SALIR:
la presencia de mi dolor
del cuerpo,
la presencia
amenazadora
inftigable
de mi cuerpo;
aunque me acucien con preguntas,
y yo niegue todas las preguntas,
hay un punto
en el que me veo forzado
a decir no,
NO
a la negación; y llego a ese punto
cuando me acosan,
me abruman ,
me cuestionan
hasta que se aleja
de mí
el alimento
mi leche
y su leche,
y ¿cuál es el resultado?
Que me ahogo;
no sé si es una acción
pero al acostarme así con preguntas
hasta la ausencia
y la nada
de la preguanta,
me atormentaron
y sofocaron
en mí
la idea de cuerpo
y de ser un cuerpo
entonces sentí lo obsceno
...
Porque hostigaban
hasta mi cuerpo
hasta el cuerpo
y en ese momento
hice estallar todo
porque a mi cuerpo
nadie lo manosea.
Artaud, Antonin. El problema que se plantea es que... en Para acabar con el juicio de Dios. Arsenal Ediciones. México 2004
La sexualidad de Minea está en decadencia, nunca ha podido participar en un buen menage a trois. Siempre le ha parecido más atractivo fumar marihuana lejos de los cuerpos. Ver una película porno vivificada. No sé qué le pasa pero sus placeres cada vez son más específicos. Y eso me preocupa. Gracias a sus demonios, siempre existen las buenas letras.

3 comments:

Anonymous said...

Tengo hambre de mi cuerpo. Tengo hambre de querer llenar el vacío. Tengo hambre de querer, de buscar, de tener hambre.
"…y les decía y les quería explicar que yo no quiero hacer nada,
que todo lo tengo tan claro, tan transparente,
porque no hay nada detrás de mí, ni delante,
sino sólo yo en los espejos…"

ceguera marchando said...

¡Caray Orsini! ¿Dónde se quedó tu ecce homo nietzscheano?

Asmodeo said...

¿Por qué dejarse llevar por el primer sentimiento que lo invade?