O los libros de lo inevitable

Tuesday, January 10, 2006

Se solicita chofer sexy para taxi

Pensé que después de ese letrerito que un día hallé vagando por las infrahumanas tierras de tepito, que decía más o menos así: Se solicita chofer sexy para taxi. Es verdad créanlo, extrañamente me sucedió cuando terminaba de transcribir Madame Edwarda. Hasta me regresé a leerlo otra vez ¡quién chingados puede solicitar un chofer sexy para un taxi?. Le hubiera tomado una foto, ¡maldita sea! vendería lo que estuviera a mi alcance por una cámara digital o por algo de dinero para estar en el mar al menos dos días, desde hace tiempo sueño el mar, simpre en situaciones hermosas, apacibles (nooo) sólo una fue casi pesadilla, no podía salir de ese maldito sueño, me asustaría volver a ver las estrellas tan grandes y los surtidores entre las rocas, porque sé que volvería a la misma deseperación que por un momento amenazó mi poca cordura. ¡Mi alma (devaluada) por un viaje al mar!.
Pero ese no era el tema, el tema era que no creí ver algo más sorpendente que ese letrero y pues no cabe duda que el destino siempre está en contra de lo que pienso, hoy me subí a un micro dónde el chofer estaba escuchando las suites para celo de Bach a todo volúmen... Obviamente no lo podía creer y hasta llegué a pensar que esa bacha de la mañana tenía otra cosa más que sana y verde motita. Pero no, era real.
Lo observado: Ese hijo de su Venus madre debe estar demente. ¿Por qué diablos se empecina en poner al mundo en crisis? Somos el producto de su comportamiento bipolar. He estado escuchando a lo largo de estos días varios testimonios de personas que sufren las consecuencias de su ser inadaptado. Y como siempre, voy a llorar amargamente por todas y cada una. Tal vez no es que el sentimiento sea tan universal y fraterno sino que he estado en la misma situación y pues ustedes saben el dolor que provoca, lo saben. Y el que esté libre de frustaciones amorosas que me grite. Y nomás para que les salga el poco de orgullo que les hace falta a todos los cabrones que han llorado conmigo ( y a los que lo han hecho por mí, también) quejándose por la maldita suerte que les toca, les regalo una de las mejores cosas que está en mi memoria: Los sonetos 167 y 168 de Sor Juanita. Por si les interesa pues todo este desmadre comienza en el soneto 166.

167
CONTINÚA EL MISMO ASUNTO Y AÚN LE EXPRESA CON MÁS VIVA ELEGANCIA
Feliciano me adora y le aborrezco;
Lisardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno, no apetezco.
A quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro,
y al que le hace desprecios, enriquezco.
Si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí, ofendido;
y a padecer de todos modos vengo,
pues ambos atormentan mi sentido:
aquéste, con pedir lo que no tengo;
y aquél, con no tener lo que le pido.
168
PROSIGUE EL MISMO ASUNTO, Y DETERMINA QUE PREVALEZCA LA RAZÓN CONTRA EL GUSTO.
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata ,
y mato al que me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi punodor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que, de quien no me quiere, vil despojo.


¡Adoro a esta mujer!. Y hoy estoy tan optimista por haber escuchado a Bach en el micro (recuperé mi confianza en la humanidad, neee, no es para tanto) que hasta me voy a reinscribrir al club de los optimistas ¡por supuesto!!!

2 comments:

Anonymous said...

Jajaja, no se si soy sádico o era tu intención, pero me reí mucho (menos con lo de Sor Juana)

Anonymous said...

Esa era la intención mi querido Jesús. Y pues también lo de Sor Juan está cómico, estudia tan bien la naturaleza humana que todos podemos encontrarnos entre su líneas.